viernes, 3 de septiembre de 2010

Donde viven los monstruos (Where The Wild Things Are)


Ya tuve anteriormente la oportunidad de hablarles del visionario director de cine Spike Jonze. En esa ocasión les hable de su última obra la cual era un cortometraje acerca de la relación amorosa de un par de robots, pero esta vez quiero hablarles de “Donde viven los Monstruos”, película basada en el libro para niños de mismo nombre escrito por Maurice Sendak.

La historia nos introduce a la vida de Max (Max Records), un niño con una gran imaginación pero con un gran deseo de que todos hagan lo que él quiere. Un día, tras varios incidentes con su hermana y su madre, él huye de casa vistiendo solamente una pijama que simula un disfraz de lobo. Max no solamente huirá físicamente, sino que acabará refugiándose en un mundo que habita en su imaginación. Este mundo, a un océano de distancia, es habitado por grandes bestias, incluyendo una llamada Carol quien es muy parecido en temperamento al mismo Max. En vez de comerse a Max como hacen normalmente con los humanos, las criaturas salvajes se hacen amigos de él después de que es proclamado rey. Un rey que con ayuda de magia podrá resolverles todos sus problemas.
No es coincidencia que Sendak escogiera a Jonze para dirigir la adaptación de su historia, ya que el sintió que el talentoso director era el único capaz de capturar las refinadas sensibilidades de su cuento. El resultado final es hipnotizante. La creación de Jonze es una majestuosa obra de arte, visualmente cautivadora y exquisitamente conmovedora. Nunca tendremos una visión tan honesta de la infancia capturada en un filme así como en los primeros 20 minutos de este. Su riqueza sólo se incrementa cuando Max huye, los eventos de su odisea reflejando la profundidad de su ser interior.

Este filme es visualmente fascinante y las imágenes son retratadas tan bellamente que hacen perfecto el tono de la historia, una meta que muchos directores se esfuerzan por alcanzar, pero que muy pocos logran. La fotografía es hermosa, ves panoramas tan perfectos que parecen ser irreales. Bellas imágenes y paisajes son lo que le dan el soporte a la película, pero es el niño que interpreta a Max lo que le da al filme el corazón. Records entrega una actuación excepcional en un papel verdaderamente complejo; él magistralmente expone la búsqueda de Max por encontrarse a sí mismo, expresando una variedad de emociones que la mayoría de los actores adultos se esfuerzan por demostrar en toda su carrera.

Esta película es un complejo viaje a la mente de un niño, llena de emociones y sentimientos tan grandes que solo pueden ser demostrados en la pantalla grande. No deben perdérsela por nada. La recomiendo para todas las personas ya que en esta película la edad no importa, todos pueden formar parte del viaje.

Calificación: 9/10

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