miércoles, 6 de octubre de 2010

"Apocalypse Now"


“Apocalipsis Ahora” de Francis Ford Coppola no es un filme acerca de la guerra de Vietnam. No lo confundan con uno. Se establece en el fondo de la guerra, pero ésta es una exposición metafórica de los efectos y del deterioro que la guerra tiene en la mente humana. También es una de las películas más atrevidas que se han hecho, producido o concebido. Llamarla una obra maestra sería un eufemismo de proporciones tan ambiciosas como los niveles de producción del filme.

Iniciando sin créditos y siguiéndole la memorable escena en la que podemos ver, al ritmo de la canción “The End” de The Doors, al Capitán Benjamin L. Willard (Martin Sheen) alucinando con imágenes de helicópteros y queroseno, la trama es esencialmente descubierta en los primeros 15 minutos. La misión de Willard es eliminar al Coronel Kurtz (Marlon Brando) quien al parecer se ha refugiado en los confines de la jungla de Camboya operando sin ningún tipo de freno, totalmente al margen de cualquier conducta humana aceptable; y aún comandando tropas en el campo de batalla. Kurtz es ahora un delirante Coronel adorado por un gran grupo de seguidores quienes lo han denominado un Dios. Para Willard, esta secreta operación parece ser más manejable que realmente combatir, sin embargo, el viaje que él tomará será una búsqueda de sí mismo que desafiará los límites de su conducta humana.

Marlon Brando ha sido reverenciado por décadas. Su presencia: inigualable. Su genialidad: innegable. Pero para ellos que ignoran su destreza en la actuación y no están acostumbrados a su matiz físico, Brando puede ser percibido por estos ojos como una farsa. Él ciertamente no lo es. Muchos dicen que era difícil trabajar con Brando, más interpretarlo e imposible entenderlo, pero su talento para la declamación e incomparables monólogos es irrefutable.

No puedo dejar de sentir un cálido sentimiento de nostalgia por este tipo de películas. En el albor de todo lo que era original y sin precedentes, las películas que desafiaban pero a la vez estimulaban eran comunes. “Apocalipsis Ahora” es puro cine. Mi respeto y admiración por el Sr. Coppola es de primer orden. Pero me estremezco al regreso de lo que se ha convertido en la norma para los estándares actuales para filmar: la falta de innovación. No es la simple falta de originalidad del actual mundo del cine; es el hecho de que a nadie le parece importar más contar una historia o contar una con el corazón. Pero nosotros aún tenemos esta obra maestra de Coppola, un filme que tiene la habilidad de darnos algo tan profundo que se nos hace muy dificil comprender.

La profundidad en “Apocalipsis Ahora” es un acercamiento a la locura. Asesinar puede perturbar. La pérdida de inocencia puede desquiciar. Pero es el daño de adentro; las presas de innumerables imágenes que nos angustian, ponen nerviosos y separan de nuestro mundo cotidiano y los recuerdos que afectan a nuestros pensamientos más profundos que con el tiempo nos separa de la humanidad y nos impulsan hacia el reino de lo instintivo, salvaje y animal. Si la idea de matar no proporciona el sustento, el acto de matar proporciona al hombre su catarsis fundamental.

Calificación: 10/10

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